Tras meses de análisis de datos referentes a las temperaturas, el pasado mes de enero fuentes de la NASA confirmó que el año 2020 había sido el año más caluroso, con récord histórico incluido aunque empatado con el año 2016.
El análisis anual ha encontrado que la temperatura promedio del planeta tierra a aumentado 1.02 grados Celsius, siendo más caliente y caluroso que el promedio de referencia entre las décadas de los años 50 y 80.
El cambio climático y sus devastadoras consecuencias
Este aumento de la temperatura se ha visto reflejado en zonas como en el Norte de Siberia, con temperaturas particularmente altas (más de lo habitual), devastaciones en América del Norte y Australia con incendios descontrolados, o bien, la producción de una mayor cantidad de huracanes.
Pequeñas diferencias entre datos de diferentes agencias
Esto es lo que la NASA ha emitido el pasado mes de enero, pero la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, National Oceanic and Atmospheric Administration), el día del anuncio difundió su análisis de datos referentes al año 2020, dando como resultado que el pasado 2020 ha sido el segundo año más caluroso después del 2016, pues entre 2016 y 2020 existe una diferencia de solamente 0.98 grados Celsius por encima de la media.
Por otro lado, la NOAA también ha dado a conocer que 2020 es el 44 año consecutivo con un aumento considerable durante el siglo 20 y 21. Sin embargo, los resultados emitidos por los dos estudios auguran una imagen clara y dramática del impacto que está ejerciendo las emisiones de carbono en nuestro planeta.
Es importante recordar que si la temperatura del planeta Tierra aumenta hasta más de 1,5 grados Celsius de calentamiento (por encima de la época preindustrial), podría suceder lo que muchos anuncian como la decadencia de nuestro planeta tal y como lo conocemos.
El Acuerdo de París podría ser ya insuficiente
Aún con el Acuerdo de París en materia climática, el cual establece como objetivo “ambicioso” el mantener el calentamiento global por debajo de esos grados límite de no retorno. Estos análisis de datos obtenidos durante este último año demuestran que es necesario tomar medidas más drásticas y efectivas con respecto a los gases de efecto invernadero.
Ha quedado demostrado durante los periodos de confinamiento domiciliario a causa de la COVID-19 que se puede reducir los índices de contaminación, aunque eso no quiera decir que debamos confinarnos, sino que un esfuerzo colectivo debe poder contrarrestar los efectos del cambio climático. Ha quedado más que demostrado que si queremos y todos remamos en una misma dirección, podremos reducir las emisiones atmosféricas y parar ese aumento de temperatura mundial.