En lo que llevamos de año, las energías renovables han incrementado la producción de energía a un 40% dejando a la generación de electricidad mediante combustibles fósiles con una producción del 34%. Es la primera vez que las energías renovables ganan en producción a las fósiles. Parte de este cambio se debe a la implementación de aerogeneradores de viento y placas solares.
Origen del aumento de las energías renovables en los países de la UE
La generación de electricidad por medio de carbón como componente con alto contenido calórico se ha utilizado durante décadas. Pero con el incremento de temperatura y de contaminantes como los gases de efecto invernadero, los países han ido tomando medidas que han hecho qué, el mercado del carbón haya ido disminuyendo un 12% desde el 2016 en la generación de electricidad. En cambio, las energías eólica y solar han ido aumentando su cuota de mercado del 13% en 2016 al 21% en el primer semestre de 2020.
Los países de la UE productores de carbón han visto un descenso en su generación, como es el caso de Alemania, que ha experimentado la mayor caída de su historia con un 39%, aunque la demanda eléctrica haya caído menos que en el resto de los países europeos. Esto se ha debido no solo a la generación de renovables, también ha sido por la poca exportación de electricidad a muchos países.
España e Italia han experimentado caídas dramáticas en la generación de electricidad por medio de gas y carbón, dado por una baja demanda de electricidad reduciendo así el consumo de carbón casi a cero.
Mencionado en blogs anteriores, la implementación de las energías renovables hace que la producción de electricidad sea más económica y esto pueda verse reflejado en nuestros bolsillos.
Portugal ha sido uno de los países con mayor caída respecto a España e Italia superando una caída de un 95% y con la previsión de ser completamente eliminada el año que viene.
Otro dato curioso es la desaparición completa de centrales térmicas en Austria y Suecia. Las últimas centrales en estos dos países fueron clausuradas el pasado mes de marzo. Uno de los países europeos que no ha querido involucrarse en esta transición rápida ha sido Polonia, situándose como un miembro incómodo al no querer llegar al objetivo planteado por Europa para el 2050.