La función de las válvulas de los radiadores es la de regular el caudal de agua caliente que entra al radiador, para que este se caliente y emita calor.
A más caudal, más paso de agua y, por consiguiente, más consumo de energía.
Hasta hace unos años solo existían las válvulas manuales, lo que significaba que solo se podía abrir o cerrar el paso de agua al radiador. Actualmente, disponemos de diferentes tipos de válvulas que nos permiten un mayor control sobre nuestra instalación, lo que supone mayor confort en nuestro hogar y ahorro energético.
Existen varios tipos de válvulas:
- Manuales: Con este tipo de válvulas es el mismo usuario el que de forma manual, abre o cierra el paso de agua al radiador, por ejemplo, cuando no queremos calentar una habitación que está vacía.
- Con cabezal termostático: Este tipo de válvulas incorporan un mando giratorio, que nos permite fijar una temperatura determinada en cada habitación de forma independiente, con las que se consigue una regulación automática del caudal según la temperatura deseada por el usuario.
Cuando la temperatura de la habitación sube de la fijada, el cabezal lo detecta y él cierra el paso de agua, para que el radiador no siga calentado, por lo que deja de funcionar y de consumir energía.
En el momento, en que la temperatura disminuye, el cabezal vuelve a abrir el paso de agua caliente, y el radiador vuelve a calentar. - Con cabezales termostáticos electrónicos: Este tipo de cabezales electrónicos nos permiten realizar programaciones horarias con diferentes temperaturas fijadas, por ejemplo, durante las horas de sol, se le puede pedir una temperatura de 19º y al anochecer, una temperatura de 21ºC.
Instalación de válvulas y actuaciones complementarias
Por sí solas, el uso de válvulas termostáticas no mejora la eficiencia energética de la instalación, pero sí supone una medida que fomenta el ahorro de energía, ya que tras su instalación se le da la posibilidad al usuario de hacer un mejor uso de la instalación.
Hay que tener en cuenta, que tras la instalación de válvulas con cabezal termostático es necesario realizar una serie de actuaciones posteriores tanto en la instalación general de calefacción como en los radiadores.
Esta actuación es conocida como equilibrado hidráulico y consiste en equilibrar la instalación de calefacción y corregir problemas de funcionamiento que pueden originar falta de confort, ruidos, … En caso de que sea una instalación individual se suele recurrir a las válvulas de doble reglaje y en caso de que sean instalaciones centralizadas se suelen usar bombas de alta eficiencia de caudal variable o válvulas de presión diferencial que equilibren el caudal de agua caliente que pasa por la instalación de calefacción.
La instalación de válvulas termostáticas en radiadores favorece el ahorro de energía, la disminución de emisiones de CO2 y es una opción rentable desde el punto de vista económico.